domingo, 19 de septiembre de 2010

De condimentos y otras especias…



Durante muchos siglos, los anteriores a la conservación por frío, la esterilización por calor, el envasado en latas o la congelación, la única forma de lograr comer con placer carnes inevitablemente abombadas en fiambreras, pescados poco frescos o alimentos enmohecidos en sótanos oscuros y húmedos era adobarlos con variedad de condimentos que les mejoraran el gusto y taparan los defectos.
  
Tanta era la demanda y tan lejanos sus lugares de origen que llegaron a escasear hasta el punto de que se usara pimienta, anís y comino  como moneda. 


 Si comparamos ese contexto con el nuestro de hoy la diferencia es abismal: los alimentos nos llegan controlados y frescos, a temperatura natural, fríos o congelados según el caso. Se envasan de diferentes maneras, todas seguras, y hasta se venden con el argumento de su bajo contenido de bacterias nocivas. 
Consecuentemente, el uso de los condimentos y las especias queda librado a un criterio puramente hedonista. Condimentamos para adquirir sabores mejores, más sutiles y variados, solo por el placer de la buena cocina.

Ante tantas posibilidades como tenemos, una buena propuesta sería liberar nuestra creatividad. No más limitarnos a la sal, la pimienta, la hojita de laurel, el diente de ajo, la cucharadita de orégano. Definitivamente probar otras combinaciones porque esto, que al principio puede parecer sólo un juego, es un maravilloso entrenamiento para agudizar los sentidos y para descubrir nuevos aromas y sabores.

Puede salir bien unas veces, menos bien otras, pero por ese camino de prueba se llega a ese punto perfecto que se da cuando uno huele lo que hierve en la olla y dice: “Le falta enebro, mostaza en grano, vino o tomillo.” 

                          Algunas maneras de aprovechar condimentos poco usados …..
*Azúcar blanco o negro. Agregar 1 cucharadita de azúcar a la vinagreta de la ensalada.
*Miel y mostaza. Combinar en la vinagreta de la ensalada. Untar el pollo con una mezcla de 2 cucharadas de mostaza, 2 cucharadas de miel, 1 cucharada de tomillo y 1 cucharada de jugo de limón antes de llevarlo al horno.
*Eneldo. Usarlo sobre cualquier pescado cocido al vapor, al horno o en microondas y sobre papas hervidas.
*Curry. Aunque todos los curries son diferentes, quedan bien en guisos de carne o pescado, agregados al puré, a la mayonesa, al queso crema.
*Canela, clavo de olor. Una pizca agregada a las salsas de las carnes salvajes les da un toque diferente.
*Enebro. Echar varias bayas aplastadas en guisos y salsas de tomate o carne.
*Alcaravea o kümmel. Incorporar una cucharada en la ensalada de remolachas, en el chucrut o en los panes de harinas integrales.
*Menta. Agregar menta fresca picada a las limonadas, al cordero, a las ensaladas.
*Aceto balsámico. Este delicioso vinagre, que queda bien en tantos platos, ha sido abusado. Hay que respetar  el dicho de que “debe usarse muy poco, como si fuera veneno”.

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